- Lesiones musculoesqueléticas: relacionadas con la sacudida que supone la tracción súbita del mecanismo elástico. Estas lesiones pueden ser todavía más graves si el perro lleva la correa flexi enganchada a un collar y no a un arnés. Ya explicamos en este post los riesgos del collar frente a los del arnés para perros.
- Cortes y heridas: no es extraño que un perro atado a una correa flexi, al interaccionar con otro, se enrede. El cordón de nylon puede quedar enrollado en alguna de las patas y provocar cortes o quemaduras.
- Asfixia: la interacción de perros grandes con otros pequeños con correa flexi ha acabado con la asfixia del de menor peso ante la impotencia del propietario.
- Accidentes por huída en perros con mucho miedo: el sonido que provoca la caída accidental de la correa flexi al suelo, puede asustar al animal y provocar su huida inmediata, que se verá incrementada cuando la correa siga provocando mucho ruido al ser arrastrada por el suelo cuando el perro salga corriendo.
- Adquisición de malos hábitos de paseo: los riesgos de las correas extensibles para perros no sólo son físicos sino también comportamentales ya que el perro aprende a pasear de forma errática, sin ir al lado del propietario. Lo correcto es educar al perro a caminar al lado y sin tirar de la correa hasta que se le da la orden de liberación una vez se llega al parque, al pipi-can, a la montaña o a cualquier espacio abierto y seguro. Aprovecho aquí para recordar lo desaconsejables que son los collares de pinchos y de ahorque para enseñar a un perro a no tirar de la correa.
Riesgos e inconvenientes de la correa flexi para las personas
- No aportan un control eficaz del perro que pueda prevenir riesgos propios y ajenos.
- Dan una falsa idea de libertad que no impide un exceso de distancia y una pérdida de control sobre el perro.
- Tienen un alto riesgo de quemaduras y cortes por fricción con el cordón de nylon si el perro, por ejemplo, sale corriendo y el propietario se encuentra despistado.
- La invisibilidad de algunos cordones de nylon pueden provocar accidentes por tropiezo.
“Las correas extensibles para perros son muy populares entre la gente mayor que siente que su limitación de movimientos no debe impedir la impulsividad de su perro, normalmente contento de salir a la calle a pasear. Lástima que eso vaya en detrimento de la seguridad de todos y que también la propia limitación de locomotriz del propietario impida reaccionar adecuadamente cuando hay problemas”. Emma Infante, Doctora en Bioética y Derecho Animal